martes, 10 de marzo de 2009

Poema de España

Gracias J. y su mano que me acompañó
en un nublado día (25 de enero), pude ir al Prado.
En este invierno, las salas se humedecen
con las espaldas, los pechos, los muslos y las piernas
de las pescadoras en el rio revuelto de turismo:

Todos los caminos llevan al Bosco
y el febril Bosco no deja ver
ver los otroa árboles y arbolitos
flamencos,
sobre todo cuando vemos en el jardín de las dulces delicias
a un comedor o tragador de fresas.

1 comentario:

pk dijo...

wey!
se te extrañaba!
qué bueno que estás de vuelta.
abrazo eléctrico